EL FEMINISMO DE SOR JUANA INES DE LA CRUZ

Por Marc L. Nash
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;

(Redondillas ~ primera estrofa)

 

Sor Juana no es solamente la gran figura nacional y feminista de México, sino también la gran poeta barroca de las letras españolas que desde América compitió aventajadamente con los otros grandes de la época - como Góngora o Calderón. Ella luchó contra prejuicios y dificultades derivados de los conceptos vigentes en la época en que vivió, y cerró en el Nuevo Mundo el barroco, literatura de forma, desengaño, desasosiego, expresado confusamente con culteranismos, conceptismos y latinismos. La fama o gloria de Sor Juana se debe hoy en día a su grandioso interés por el feminismo internacional y sus preocupaciones por el derecho de la mujer a la intelectualidad, lo cual se percibe claramente en su obra. Mi enfoque tratará sobre este feminismo de intelectualidad que está expuesto en su prosa mas lograda: Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, apoyado por la película, Yo, la peor de todas, de la cineasta y directora argentina, María Luisa Bemberg.

Su compleja personalidad ha despertado las opiniones más contradictorias en el siglo XX, sobre todo en el mundo femenino. Ahora, trataré de explicar a la Décima Musa como persona y hacer deducciones sobre lo que quiso ser Sor Juana, lo que era Sor Juana y lo que hubiera querido ser, lo que el mundo hizo de ella y su propia voluntad, no son cualidades idénticas. Hasta la misma condesa y virreina, María Luisa, la receptora de sus rebuscadas poesías amorosas, le hace a la poeta la misma pregunta, "¿Cómo es Juana con ella misma cuando nadie la mira?" Quizás la conclusión de la misma virreina sea la clave para entender su peculiaridad sicología—"¡Eres más poeta que monja y mas monja que mujer!" Claro, estas especulaciones vienen de las interpretaciones de la directora Bemberg, en Yo, la peor de todas.

Supongamos que no hubiese escrito o retado la teología de su época, y que Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santanilla no se hubiese metido con la iglesia, que se hubiese conformado como se lo rogaban todos, y hubiese seguido las suplicas de la abadesa, " no desafíes a la iglesia." No cabe duda alguna que su lucha era más que todo contra la iglesia y sus representantes. Ella fue víctima de los antagonismos del obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, contra el arzobispo de México, Francisco de Aguilar y Seijas. Sus dos clérigos superiores no eran los únicos que la querían silenciar sino también los grandes teólogos masculinos del pasado, empezando con el apóstol San Pablo con su controversial: Mulieres in ecclesiis taceant—mujeres en la iglesia que se callen.

Esta mentalidad provocativa y anti mujer de la fe católica estaba muy viva en la película, Yo, la peor de todas, donde se ve claramente su lucha por defender el derecho de la mujer a pensar, y afirma rotunda y valientemente su condición de mujer intelectual. En la película, soy consciente de la entremezcla historia-realidad con la versión ficticia cinematográfica, donde se observan nuevamente las injurias eclesiásticas: "Dios no creo a la mujer para filosofar: la teología no es cosa de mujeres: Satanás ha encontrado el refugio en la letra…renuncie a las letras profanas…el demonio es muy sutil y el conocimiento es un disfraz del diablo; Cuando oigo a una mujer es como si silbase una víbora; La mujer es más amarga que la muerte (Salomón), etc."

Pues sí, ella se metió y desafío a la iglesia y con razón. Aunque la Carta Atenagórica o Respuesta a Sor Filotea no existiesen, su poesía amorosa hubiese bastado para ofender a la iglesia como lo confirma el obispo—"su poesía muestra una enfermiza sexualidad a la virreina." No cabe duda que sus joyas líricas contienen emociones profundas de sensualidad, de erotismo, de tristeza y de soledad. Estas composiciones amorosas expresan experiencias oníricas, míticas y religiosas y se nota una dualidad entre presencia y ausencia del amor, el intelecto y la fe y el conflicto entre el corazón y la cabeza. El hecho es que su vocación intelectual, su personalidad intelectual, una sabelotodo marisabia iba en contra de la mujer de su época, y ésto bastaba para complicarle la vida.

En su Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, ella misma cuenta como a los tres años aprendió a leer, como siendo muy niña se privaba de comer queso, pues hacía rudas las inteligencias, como se cortaba el cabello si no lograba aprender algo, y como entre seis y siete años pretendió ir a la universidad disfrazada de hombre. Ya en la capital está al servicio de la virreina, marquesa de Mancera (la Laura de sus poesías).

Tras unos años de vida cortesana, la convencen o ella decide entrar de novicia con las monjas Carmelitas y después las Jerónimas buscando la paz y la tranquilidad para estudiar. El claustro se transforma en eje de la vida religiosa y social mexicana, convirtiendo el convento en atractiva academia literaria. Los nuevos virreyes la distinguen y Sor Juana escribe sus poemas de amor ya mencionados a la nueva virreina. Por unos años todo marcha bien para Sor Juana ya que es protegida por los virreyes.

En la película, cuando la virreina le habla de la maternidad y que una mujer sin hijos es una mujer incompleta, Sor Juana le responde que sus hijos son los libros, libros espléndidos, " sin mis libros no existo," y también incluye entre sus hijos el telescopio, el reloj solar, su autómata, su astrolabio, el arpa antigua, sus escritos, sus plumas, entre otros más, y remata su peculiar respuesta al decirle a la virreina, "no todas somos iguales. El conocimiento es una transición y aún más para una mujer."

La cuestión sigue siendo la problemática de Sor Juana como feminista. Definitivamente es una mujer de carácter y espíritu independiente y su verdadero genio poético para llamar la atención literaria de su época y ejemplifica con su obra la integración del pasado con el presente, al abrir el camino a la autobiografía, y pavimentando la libertad de la mujer intelectual de hoy en día. Al intentar juntar el "feminismo" de Sor Juana, concepto quizás inexistente en su época, el siglo XVII, con el feminismo de hoy en día es problemático para mí, ya que ella estaba desafiando su derecho de intelectualidad en un periodo en el que no se le permitía a la mujer estudiar y mucho menos meterse con asuntos teológicos, lo que la lleva a su crisis o derrocamiento espiritual al final.

Fue la iglesia quien la quebró. Hoy en día una mujer tiene todo el derecho de estudiar donde sea y lo que sea, sin tener que meterse a monja, y la iglesia no se meterá con ella ni le causara tragedias. Sor Juana no tenía esa privilegiada opción en su época. El feminismo de hoy en día es más político y militar y con propósitos de igualdad en todo, carreras, sueldos, materialismo y muy poco que ver con asuntos religiosos. Sobre la religiosidad, eso no ha cambiado mucho en la fe católica ni en otros culturas, pero ya sabemos que Sor Juana no estaba muy interesada, o que no era muy religiosa o por lo menos sus poemas contienen poco de esto.

Cuando María Luisa le pregunta el porque se hizo monja si no le da paz ni felicidad, Juana le responde, "como no me pude vestir de hombre me vestí de monja." Ella entró en el convento empujada por un vago temor al mundo y a sus peligros y por las admoniciones de algunas personas de respeto y buen consejo. Lo cuál admitido por ella como razón, indica que no era esencialmente religiosa. Ella acalló su verdadera personalidad, la de intelectual, con otras dos personalidades, la de poetisa y la de monja. Para Sor Juana, ser poeta y ser intelectual es lo mismo. Esto es después de llegar a la

conclusión de que su obra literaria no fue más que un requerimiento del virreinato y ella lo afirma así, "… a la verdad, yo nunca he escrito sino violentamente forzada y sólo por dar gusto a otros, no sólo sin complacencia, sino con positiva repugnancia..," Esta afirmación de la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, ella misma se contradice cuando comenta que "leer y más leer, de estudiar y más estudiar, sin más maestro que los mismos libros..." eran un descanso de alegría y añade, "... pues todo este trabajo sufría yo muy gustosa, por amor de las letras y el conocimiento..."

En el sentido que Sor Juana niega el matrimonio, el tener hijos, al negar los mandatos de la iglesia, el rencor y crítica que muestra hacia los hombres (no a todos, ve al virrey Sebastián Toledo y Carlos de Sigüenza como amigos), quizás en ese sentido, ella si es una "feminista" moderna. En Sátira filosófica u Hombres necios, o con el comentario que le hizo a la virreina al enterarse que había dado a luz un varón, "supongo que con cada niño que nace quiere decir que Dios no se ha cansado de los hombres," al contrario de ella. No se le puede negar que un tema constante en su obra es la tendencia feminista, patente en sus célebres Redondillas en defensa de la mujer. De manera astuta y oculta se vale de los recursos del barroco (hipérbaton, metáforas, lenguage figurado, cultismos, perífrasis, latinismos) para criticar intelectualmente, incluyendo héroes y dioses de la literatura mítica greco-latina.

Sor Juana es una feminista intelectual que quería saber y saberlo todo. Concebía el saber como ilimitado y allí radica su tragedia complicada por la venganza de los obispos. El resultado fue su autobiográfica defensa, escrita para responderle al obispo de Puebla que la amonesta por haber criticado un sermón del jesuita Antonio de Vieira. La Respuesta es una valiente confesión de su personalidad, escrita en el estilo de la época, el barroco, pero con gran originalidad de ideas. En ambas cartas, la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz o Carta Atenagórica, emplea un pensamiento escolástico que muestra la firmeza lógica de su autora como intelectual, aportando como nota original la de su propia personalidad vital y compleja: espiritual, cultural, histórica, contexto femenino-teológico, retórica clásica y filosófica. La Respuesta esta basada en patrones de expresión y figuras masculinas, bíblico-teológicas, sin olvidar la censura de la Inquisición.

Al terminar su más lograda escritura en Respuesta, Sor Juana finalmente se retira de su personalidad intelectual y se conforma con la de monja, interiorización e intensa dedicación a la vida conventual, así fue como pasó los últimos años de su vida. La película termina con su crisis y derrotamiento espiritual cuando ella se convence de ser la más indigna por haber vivido en religión sin religión y firma su ultísimo escrito con sangre: "Yo, la peor de todas" las mujeres. Lo triste de este final en la película y en su vida histórica es que la Iglesia triunfo sobre su vocación de intelectual. Se deshizo de sus "hijos", sus libros e instrumentos musicales y científicos. No hay duda alguna, que su existencia estaba basada en el amor a la sabiduría y su convicción de que las mujeres deberían de estudiar sin tener que sentirse por ello atrapadas a un convento, como fue su caso.

 

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
Juntáis diablo, carne y mundo.

(Redondillas ~ última estrofa)

BIBLIOGRAFIA

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Chang-Rogriguez, Raquel. Voces de Hispanoamérica: antología literaria. Boston: Heinle & Heinle Publishers, Inc.

Cruz, Juana Inés de la. 1951-1957. Obras Completas. 4 vols. Eds. Alfonso Mendez Plancarte y Alberto G. Salceda. Mejico: Fondo de Cuhura Economica.

Luciani. Frederick, "Sor Juana Ines de la Cruz: epígrafe, epíteto, epígono." Revista Iberoamérica. 132-133(1985): 777-783.

Peden, Margaret Sayers. "Sor Juana Inés de la Cruz's Respuesta a Sor Filotea." Review 30. 7-9.

"Yo, la peor de todas," obra cinematográfica argentina dirigida por María Luisa Bernberg.